Ayer fue un día especial para la afición de la Real Sociedad. Ayer la Real hacía historia en uno de los campos más emblemáticos de Europa, Old Trafford. Delante teníamos a un equipo campeón de la Premier la temporada pasada con una plantilla plagada de estrellas, pero la Real tenía otra cosa. Tenía el calor, el ánimo, la garganta y lo que hiciera falta de sus más de 6000 aficionados que se unieron para animar a su equipo. Algo increíble que muchos de los que nos quedamos aquí vivíamos con envidia y orgullo.
El partido no pudo empezar peor con el gol de Iñigo Martinez en propia puerta, pero quedaban muchos minutos, que no supimos controlar y veíamos como se nos iba el partido. Hubo buenos minutos, pero nada, un espejismo. El partido se quedo ahí, que podrá tener sus más o menos, pero no podemos quedarnos solo con el resultado. Si los aficionados lo pasaron mal con la derrota, seguro que los jugadores no será para menos. Iban ilusionados, llenos de confianza y convencidos de que podían hacer algo grande en Manchester. Los jugadores, que gastaron hasta su última gota de energía, acabaron exhaustos, y no pudieron demostrar de lo que son capaces, pero la Real, en su conjunto, dio una imagen más que ejemplar.
Si hay algo que distingue a la Real es su afición. Única e irrepetible. Más de 6000 personas invadieron la ciudad inglesa y tiñieron de azul y blanco las calles. Manchester, una ciudad ya acostumbrada a estos eventos de Champions, no se podía creer el movimiento que hubo de personas. Si echamos un vistazo a Twitter o la prensa inglesa, solo veremos noticias y opiniones positivas sobre nuestra gente. Y no hay mayor orgullo que ese. Somos la Real Sociedad, un equipo humilde, sin grandes estrellas mundiales, pero con una afición que se hace notar. Nosotros, los que nos quedamos aquí podíamos oir en la tele como no paraban de animar, aún cuando el partido ya había acabado y los jugadores salían a aplaudir a los suyos. Porque el orgullo no es lo que se gana, es lo que se siente, y ayer, la afición demostró que estamos con ellos gane, o pierda, que esto de la Champions era un regalo por el buen año que hicieron el año pasado, y que no pasa nada por perder ante todo un Manchester United.
No hay más que ver las fotos y vídeos de nuestra afición disfrutando por las calles de Manchester, a quienes no les importaba el partido. Iban a disfrutar del regalo, que ganar, ya se había ganado en las calles.
Aupa Real!